viernes, 27 de junio de 2014

CARTA A LUIS SUAREZ


Señor Luis Suarez:

Qué se siente haberla cagado tan increiblemente? Estoy seguro que hoy lo está usted pasando de lo peor, y que cambiaría todos los goles anotados este año y varios millones de su cuenta bancaria por regresar el tiempo a ese momento de su espectacular y filmada mordida. Estoy seguro que no cabe dentro de si mismo de arrepentimiento porque usted ama el futbol como nada en la vida.

Señor, usted se operó un mes antes de la copa del mundo, usted quería estar al cien en la copa, arriesgó su participación con esta simple cirugía la cual por cierto yo me practiqué hace tres meses y aun no soy el mismo. Usted trabajó día y noche cuerpo y mente para poder estar presente en Brasil. La disciplina deportiva le viene bien y la aplicó al máximo para estar listo. Y su entrenador sabiendo que quizás no estaba listo no lo alineó el primer juego y usted lucía desencajado y desesperado en el banquillo.

Asómese por la ventana y vea a la gente de su país que le ama tanto, a la gente que usted ilusiona cada que viste la camiseta de Uruguay. La misma gente que le sigue amando y le está perdonando de una buena vez su estupidez. Tanto le ama la gente y sus compañeros que nos hacen ciegos al resto del mundo diciendo que no ven una mordida cuando es lo más evidente. El corazón y el amor les impiden ver algo que a cualquier mirada es más que evidente. El mismo presidente Mujica a quien admiro como pocas personas en el mundo, tampoco vio mordida, un tipo ejemplar ante el mundo y su forma de ver la vida, que lo quiere tanto a usted que no ve la clara mordida.

¿Entiende usted que es momento de traducir ese cariño y apoyo de un país hoy cegado y emputado con el mundo en un verdadero profesionalismo del crack que Uruguay y el mundo esperan de uste?. Millones en el mundo que amamos el futbol mataríamos por tener la fortuna que usted tiene. Por tener ese regate, dribling, astucia, lectura, definición, remate, poder, velocidad, y lo más importante esa carrera llena de éxitos.

Usted mordió al italiano, aunque su país en apoyo a usted lo niegue usted lo hizo, el castigo que le dieron será justo o injusto no lo se. Antes debemos recordar que usted tiene un pasado y un historial no muy alentador. Lo que sé muy bien es que mañana que se siente a ver el partido de Uruguay las lágrimas de la impotencia y arrepentimiento rodarán por sus mejillas. Le recomiendo guarde ese momento y esas lágrimas para siempre y las convierta en goles que es lo que nos gusta ver a nosotros, al mundo,
y sobre todo... a los uruguayos.

miércoles, 25 de junio de 2014

PIOJO AMIGO


A mi me encanta ver al Piojo Herrera salir de todos los cánones y las reglas de absurda urbanidad futbolística de los últimos tiempos. Me gusta escucharlo hablar y comentar el futbol justo como se comenta en los pasillos de oficina, o los puestos de tacos de nuestro país, o en cualquier charla de peda sabatina. El piojo se refiere al futbol como muchos de nosotros lo hacemos a diario, con palabras simples, sin tanta metodología, sin tanto argumento barato de estrategia y demás.
Creo que el mensaje es muy claro... "el futbol es simplemente eso... futbol" y se sufre y se llora al máximo, y se grita y se salta y se desdibuja uno el rostro a cada momento, y se gritan leperadas y serpientes contra el rival y contra el arbitro, y se pierde la cordura.
No se como sea este Piojo en el vestidor del América o de la selección, lo que si se puede apreciar es que al parecer el tipo no tiene mentiras, solo netas felices o dolorosas, solo desparpajos y huevos en la cancha. La cancha necesita de eso siempre, el futbol necesita de sonrisas y de lágrimas, necesita de actores de verdad que aprecien la pasión de usar esos botines horribles a cambio de un millonario patrocinio con el cual podrán comprar aquellas ridículas cosas que no necesitan pero que el futbol les regala a cambio de un golecito, una barrida, una atajada. El futbol es tan hermoso cuando hay alegría en la cancha.

A veces no son necesarios los goles para tener alegría en el terreno, a veces un simple pase, una pared devuelta, una palmada del compañero o una mentada del técnico es suficiente. Insisto no se como sea el Piojo pero yo lo veo feliz, no creo que en este momento exista persona más feliz pisando Brasil, y eso me llena de confianza y de sueños. Solo de recordar la penosa cara de Aguirre con miedo a no perder, con miedo a trascender. O al bigotón Lavolpe sabiendo que tenía que acuchillar a su patria... El Piojo luce diferente, quiere ganar, sabe que puede ganar, no le importa nada más y con su tremenda panza y sus zapatos de millones de dolares está dispuesto a dejarlo todo en la cancha.

El Piojo es tan buena gente que hasta se prestó a hablar con un perico para anunciar antiacidos para su absurdo abdomen de exfutbolista. O para subirse de copiloto con Jay de la cueva de Moderatto y proponerle un final terrible a una canción terrible, la cual por cierto, deberá sumarse a uno de los gastos más absurdos de una televisora para este mundial. El Piojo es tan buena gente que dice groserías como todos los mexicanos decimos y nos hace sentirnos iguales, identificados, técnicos nacionales. El Piojo habla como tú o como yo y lo entiendes y lo disfrutas para bien o para mal pero lo disfrutas.

Como muchos yo también creo que quizás el portero Jesús Corona este dos rayitas encima de las cualidades de Memo Ochoa. Pero desde siempre pensé que la cara de Corona no tiene sonrisa, no tiene expresión real, una mirada ausente total, y no lo veía amigo de todos. Ignoro si esta fue la misma imagen que vio el Piojo en él para determinar su suplencia, pero está dando resultados.

El próximo domingo espero ver gritar al Piojo nuevamente como terrible loco desquiciado y espero verme en el espejo con él. Deseo que el mugroso Chícharo vuelva a llorar de emoción y recordarnos a esos goles inmensos que hacíamos cuando niños en las calles. Deseo que Memo Ochoa siga sonriendo, deseo que el Piojo pueda volver a México y hacer comerciales de antiacidos o de Pollos rostizados, o desodorantes u lo que sea. Pero sobre todo le deseo el peor día del año a los Holandeses.

miércoles, 11 de junio de 2014

DÉJENME VER EL MUNDIAL


El día que mi papá me compró mis primeros verdaderos zapatos de futbol Adidas Germania, los primeros de verdad de buena marca para practicar el futbol amateur. Ese día fui tan feliz que los puse junto a mi cama para poder verlos todo el tiempo, añoraba como nada en la vida poder estrenarlos. Y creo que a partir de ahí me convertí en uno de esos idiotas que muchos hoy nos llaman por el simple hecho de ser amplios seguidores del futbol mundial, nacional, regional. 
Pues bien, mañana empieza el mundial y me desbordo en nervios y emoción, pero no puedo evitar sentirme culpable por el numeroso grupo de personas que nos responsabilizarán de no se cuantas medidas de ley programadas en nuestro gobierno, para ponerlas en práctica mientras nosotros nos emborrachamos, lloramos y gritamos con el rodar de la pelota. Lo admito somos una bola de irresponsables patéticos.
Dijo Maradona alguna vez que la pelota no se mancha a pesar de los errores humanos al rededor de la misma, la frase no me puede resultar más justa.
Entonces, ahora que tomé el remoto para mirar algunos resúmenes previos a la copa, o detalles, noticias, idiotés y media que hay bastante. Hoy me sentí con todo el valor de ver el mundial cual idiota. Me siento bien porque no debo pagar esa responsabilidad cuando yo si medité mi voto una y otra vez la elección pasada. Tal vez muchos de los que hoy nos llaman idiotas no acudieron a las urnas ni siquiera, o no meditaron su voto, o lo ejecutaron a la espera de un puesto político en promesa de campaña. No... yo no creo ser idiota viendo el mundial...
No robo ni tomo ventaja de las personas a mi beneficio, así que puedo ver todos los partidos del mundial. Cumplo tajante mente mi pago de impuestos, no he evadido un centavo a pesar de no estar de acuerdo en mucho de lo que con mi dinero se hace, a pesar de que ese dinero sirve para pagar las plazas de los aviadores que mantienen nuestros impuestos en todos los partidos políticos con sus nóminas falsas. Puedo comprar la comprar la cerveza que quiera entonces para ver el mundial, es menos desperdicio que mis impuestos y me hace sentir menos idiota.

Y bueno, no culpemos de todo al gobierno si la iniciativa privada está igual o peor, muchos también se indignarán porque nos idiotizamos ante el televisor durante este mes mundialista. Pero, yo no doy ascensos inmerecidos a mis amigos, o bonos y premios absurdos a gente incompetente mientras los que levantan las empresas reciben lo mínimo. Hoy en día las gerencias están repletas de culos frondosos, caras bonitas, compadres de peda, con unos sueldos que creen merecer que fácilmente compiten con el sueldo percibido por familias completas de personas dedicadas y profesionales de menores puestos, que desafortunadamente no tienen o conocen la oportunidad de crecer en una empresa. Obvio no generalizo... Aun así, creo que esto le hace más daño a México que yo me siente a ver un partido de futbol con mis amigotes.

Ahora bien, dicen que el futbol es el deporte del pueblo, de los ignorantes... Caray, tengo amigos, familiares y demás que no tienen un pelo de tontos y aman el futbol. Yo mismo tengo una licenciatura, he leído cientos de libros y ensayos de todo tipo, y acepto amar el futbol y ser capaz de llorar por un partido de futbol y deprimirme como colegiala un fin de semana entero. Y eso no prueba que yo sea un ignorante, tampoco un exquisito intelectual, pero si se que estoy preparado y que se de lo que hablo.

Que no vean el futbol los que tiran basura en las calles, los que maltratan animales, los que tienen un puesto en su empresa o en el gobierno porque un amigo se los regaló. Que no los vean los que convierten en estacionamientos portátiles cualquier punto de la ciudad con solo apretar las luces intermitentes, o los que se les olvidó que la vuelta con flecha es hasta que se encienda la luz de la flecha y no antes. Que no se acerquen al televisor los que le han robado dos veces el stereo de su carro a mi esposa, los gerentes que prefieren correr a empleados competentes antes de aceptar su propia y sobrevaluada incompetencia.


Que no sigan esta copa los monstruos que organizan grandes conciertos y se meten millones a costas de los artistas, los que no votaron en las elecciones, los que tienen armas en sus casas, los comerciantes desleales, los que les pegan a sus mujeres, o las que golpean a sus hombres. Que no nos sigan viendo el fut los racistas, los que abusan de menores, los que discriminan a los homosexuales, los que roban, los que matan, los que fraudean y evaden.

Todo esto que digo hace más daño al país que las leyes que se aprobarán durante el mundial 2014. Tampoco comulgo con muchas de estas leyes como todos los que critican, sin embargo, que yo vea el futbol como idiota este mes, dista mucho del daño que día a día nos hacemos nosotros mismos, y que ya se hicieron parte normal de nuestras vidas, eso hace más daño que la aceptación de estas nuevas leyes, así que... Déjenme ver el mundial... y les platico después como estuvo...

jueves, 5 de junio de 2014

LOS PARTICIPANTES DEL MUNDIAL: BRASIL Y YO



No pertenezco a esa enorme generalización de mexicanos que tienen en Brasil a su México de repuesto. Dicen las televisoras que en cuestiones de futbol, todos los mexicanos apoyamos a Brasil una vez concluida la participación mundialista de “los nuestros”. Comentan que esto nació a raíz del flamante campeonato del mundo que ganó la “verdeamarela” en nuestro país en 1970. Millones de mexicanos depositan en Pelé el voto de mejor jugador de la historia. Pues bien, yo soy completamente lo contrario como mexicano. Se me cuelga un enano de los huevos cada que Brasil gana lo que sea en futbol.

No tengo una razón de peso para odiar el triunfo carioca, simplemente no comulgo, y no comulgo. De sobra sé la calidad de sus jugadores, aun recuerdo con emoción los años noventas que nos regaló Ronaldo, “el señor del partido en medio en la sonrisa”. Un poema verlo driblar jugadores enfundado en la camiseta del Inter, o del PSV, hasta del Madrid. O que decir del Rivaldo del Barcelona, el cual creo tiene un injusto sitio en la historia al no ser tan reconocido. Ni hablar de Ronaldinho, que le recordó al mundo lo importante de jugar para divertirse simplemente.

Cuando era niño, la gente suspiraba por Zico, yo prefería a Maradona o a Platini o a Negrete. El mundial del 86 la selección de Brasil se refugió en mi ciudad Guadalajara y la gente creo que apoyaba más a los cariocas que a nuestros muchachos comandados por el hoy Jefe Boy. Francia se encargó de echarlos del mundial y yo fui un niño extrañamente feliz.

Opino que a los niños de nuestra generación Xuxa nos arrancó sonrisas infantiles y erecciones juveniles. Brasil siempre ha dado mucho de qué hablar en todos los niveles. El cine brasileño es muy bueno, nuestro “chavo del ocho” es ídolo allá. El gol de Roberto Carlos a Francia de tiro libre es una obra maestra, me quito el sombrero ante el defensor del Madrid por años. Sin embargo no puedo negar haber sentido tanto placer al ver a Caniggia anotar el solitario 1-0 en Italia 90, o celebrar el doblete de Zidane en la final del 98.

Dicen que Pelé es el mejor jugador de la historia, probablemente lo sea. Yo solo he visto videos de sus grandes jugadas, pero para mí es necesario observar juegos completos de los jugadores para ver su comportamiento total dentro de la cancha y así valorarlos, dudo que Pelé hiciera cincuenta jugadas iguales a las de sus videos durante los 90 minutos de juego. Por eso yo en mi ranking de jugadores solo coloco a los que vi de verdad  jugar.
Quizás mi más bello momento en contra de Brasil fue, claro, cuando les ganamos la final de la Copa confederaciones. Estoy seguro que si hubiésemos perdido la gente hubiera dicho: “bueno, nos ganó Brasil, que al cabo es como nuestro segundo equipo”... Gracias a Dios no hubo oportunidad para que eso sucediera cuando México hundió a la Canarinha en la derrota esa noche.


No soy tan adepto al baile, mucho menos a la Samba, me parece un baile suculento en las caderas de las mujeres, pero atroz en el meneo masculino. Nunca he tomado una Caipirinha. Si uso Camisinha. Ni de broma leería algo del meloso Paullo Cohello. Tengo ídolos brasileños que he seguido en mi vida, casi todos claro futbolistas, sin embargo, deseo de todo corazón que Brasil no se lleve esta copa… y que sea para México, por supuesto.