La primera vez que usé la línea 2 del tren ligero, por el
año 96, tal vez el 97… descendimos en grupo de la estación Tetlán, casi al
final de la ruta, y caminamos unas cuantas cuadras hasta un bodegón un tanto
abandonado y sucio. No recuerdo exactamente quienes iban conmigo pero éramos un
grupo numeroso. Estábamos realmente lejos de casa considerando que vivíamos
donde termina la línea 1, pero hacíamos el viaje tratando de descubrir algo que
nuestros ojos nunca habían visto realmente: una tocada de Punk…
Hasta entonces nos sabíamos
de memoria las canciones de La
Polla Records, o de Eskorbuto, o de los Pistols y de muchas bandas más, pero es
cierto, no conocíamos el círculo Punk y estábamos ansiosos por vivirlo y ser
parte del mismo, así que ese día era una gran oportunidad para ser parte del
movimiento y tocó el turno durante la presentación de una banda hoy ícono
llamada Fallas del sistema.
Sin embargo, antes del plato fuerte, un tipo enorme y un
tanto regordete tomó su bajo y subió al escenario y se apoderó del micrófono.
Usaba unos lentes grandes, vestía jeans regulares y en su cabeza una gorra tipo
boina hacia atrás, realmente no tenía facha digamos subversiva, y junto a él un
guitarrista de tipo más bien metalero. Fue la primera ocasión que una banda de
punk rock de mi ciudad realmente me sedujo en vivo y al instante, tanto en sus
letras como en pasión y su credibilidad por expresar lo cantado. Esa banda se
llamaba Rebelión.
No recuerdo cómo es que días después el tipo de lentes fue
siendo nuestro amigo de a poco… Su nombre es Milton, hasta la fecha desconozco
si es su nombre real.
Tuve la fortuna de
conocerlo y entender que la música era un canal de comunicación. Supe que
existía gente que de verdad podía ser congruente con lo que pensaba, expresaba
y lo más complicado: con lo que actuaba. El tipo realmente vivía lo que
cantaba, su situación social era muy similar a lo que demandaba. Era un obrero
con familia, que luchaba día a día y yo era solo un niño queriendo protestar
algo que ni siquiera conocía de verdad. Milton además siempre cuidó de mi grupo
de amigos que éramos más pequeños que él, y nos ayudó a poder tener nuestros
primeros shows de la banda con la que iniciamos el camino.
Los años, la escuela, trabajos, la música misma nos
alejaron. Nosotros hicimos No tiene la vaca y empezamos a caminar de a poco. No
tardamos en encontrarnos con Milton quien para entonces tenía la banda
Armatroste y hasta viajamos juntos. Más tarde supe que su banda Los Gargajos,
después Los gargas la rompía con todo y el destino nos volvió a juntar.
Muchos nos llaman una banda “fresa” o “vendida” (a NTLV),
tal vez lo seamos, no lo sé realmente. La verdad fui muy feliz cuando viví en
mi etapa de búsqueda y sitio social y conocí a mucha gente punk de todo tipo.
Lo que si tengo muy claro es que somos muy honestos con lo que vivimos y
expresamos y eso se lo aprendí a este señor Milton.
Escribo esta nota el día de hoy porque me topé con
publicaciones de Facebook de una renovación de Los gargas y nuevo material, me
di cuenta que ahora tienen un gran sitio en los escenarios de nuestra ciudad y
fuera de ella. Sirva esta nota para que los escuchen y puedan disfrutar su
música.