miércoles, 28 de mayo de 2014

EL DÍA QUE CONOCÍ LA REBELIÓN Y SALUDOS A LOS GARGAS



La primera vez que usé la línea 2 del tren ligero, por el año 96, tal vez el 97… descendimos en grupo de la estación Tetlán, casi al final de la ruta, y caminamos unas cuantas cuadras hasta un bodegón un tanto abandonado y sucio. No recuerdo exactamente quienes iban conmigo pero éramos un grupo numeroso. Estábamos realmente lejos de casa considerando que vivíamos donde termina la línea 1, pero hacíamos el viaje tratando de descubrir algo que nuestros ojos nunca habían visto realmente: una tocada de Punk…
Hasta entonces nos sabíamos
de memoria las canciones de La Polla Records, o de Eskorbuto, o de los Pistols y de muchas bandas más, pero es cierto, no conocíamos el círculo Punk y estábamos ansiosos por vivirlo y ser parte del mismo, así que ese día era una gran oportunidad para ser parte del movimiento y tocó el turno durante la presentación de una banda hoy ícono llamada Fallas del sistema.
Sin embargo, antes del plato fuerte, un tipo enorme y un tanto regordete tomó su bajo y subió al escenario y se apoderó del micrófono. Usaba unos lentes grandes, vestía jeans regulares y en su cabeza una gorra tipo boina hacia atrás, realmente no tenía facha digamos subversiva, y junto a él un guitarrista de tipo más bien metalero. Fue la primera ocasión que una banda de punk rock de mi ciudad realmente me sedujo en vivo y al instante, tanto en sus letras como en pasión y su credibilidad por expresar lo cantado. Esa banda se llamaba Rebelión.
No recuerdo cómo es que días después el tipo de lentes fue siendo nuestro amigo de a poco… Su nombre es Milton, hasta la fecha desconozco si es su nombre real.
 Tuve la fortuna de conocerlo y entender que la música era un canal de comunicación. Supe que existía gente que de verdad podía ser congruente con lo que pensaba, expresaba y lo más complicado: con lo que actuaba. El tipo realmente vivía lo que cantaba, su situación social era muy similar a lo que demandaba. Era un obrero con familia, que luchaba día a día y yo era solo un niño queriendo protestar algo que ni siquiera conocía de verdad. Milton además siempre cuidó de mi grupo de amigos que éramos más pequeños que él, y nos ayudó a poder tener nuestros primeros shows de la banda con la que iniciamos el camino.
Los años, la escuela, trabajos, la música misma nos alejaron. Nosotros hicimos No tiene la vaca y empezamos a caminar de a poco. No tardamos en encontrarnos con Milton quien para entonces tenía la banda Armatroste y hasta viajamos juntos. Más tarde supe que su banda Los Gargajos, después Los gargas la rompía con todo y el destino nos volvió a juntar.
Muchos nos llaman una banda “fresa” o “vendida” (a NTLV), tal vez lo seamos, no lo sé realmente. La verdad fui muy feliz cuando viví en mi etapa de búsqueda y sitio social y conocí a mucha gente punk de todo tipo. Lo que si tengo muy claro es que somos muy honestos con lo que vivimos y expresamos y eso se lo aprendí a este señor Milton.

Escribo esta nota el día de hoy porque me topé con publicaciones de Facebook de una renovación de Los gargas y nuevo material, me di cuenta que ahora tienen un gran sitio en los escenarios de nuestra ciudad y fuera de ella. Sirva esta nota para que los escuchen y puedan disfrutar su música. 

viernes, 9 de mayo de 2014

HAN SOLO Y HUGO SÁNCHEZ, HÉROES DE LA INFANCIA


Recuerdo la época en que le me gustaba el Real Madrid, después entendí que no me gustaba el equipo merengue. De hecho por alguna razón extraña recuerdo más cuando se enfundaban en el uniforme de visita azul cielo brilloso como todos los uniformes de los ochentas. La razón de mis tiempos Madridistas es sencilla: Hugo Sánchez.

Muy claro tengo los sábados en la recamara de mis padres, mi papá tirado en la cama viendo el espectáculo merengue y yo a su lado en el piso, jugando con mis Gi joe y Starwars y una canica una partida de futbol imaginaria, donde los nombres de mis soldados, mis play mobil y mis star wars tomaban nombres de época futbolísticamente hablando. Así entonces, chewbacca se convertía en Gordillo en mis manos, un soldado Gi Joe en Sanchiz, Paco Buyo era "el emperador" (gran arquero), y mi mono favorito de starwars: Han solo, cariñosamente lo nombré: Hugo Sánchez.

El parecido de Han solo y Hugo no era ni cercano, pero el cariño y la admiración en mi por ambos no tenían límites. Ambos personajes llenaban de emoción mis tardes de juego de infante. Las naves, las aventuras, las espaldas lasser seducían en absoluto mis ratos de diversión, pero por el otro lado el futbol cada día se hacía más intenso en mi vida. Ya no era cuestión de solo patear una pelota, ahora era darle dirección, estrategia. Ahora era seguir en la tv los partidos, aprender algunos nombres. Yo encontré la perfecta fusión de mis dos gustos haciendo jugar futbol a mis monos de acción.

Cuando los niños aun podíamos jugar futbol en las calles, peleábamos por los nombres de esta época Madridista. Los porteros obvio todos eran Buyo, los afortunados colocaban el nombre de Hugo y de Butragueño en sus dorsos imaginarios. Michel, Gordillo, Sanchiz, Hierro, Chendo, los más osados usaban el nombre de Schuster sin saber pronunciarlo, el Madrid era todo en esos años. Barcelona no existía.

Han Solo no estaba planeado en un principio como el actor principal de la cinta de Starwars, sin embargo los años y la poderosa actuación de un desconocido Harrison Ford le dieron vuelco al personaje de la cinta haciéndolo un clásico, un roble, un tipo duro, sin sentimientos, con orgullo y pasión. De esta forma cuando jugábamos a las espadas lasser y los enfrentamientos galácticos, peleábamos por ser Han solo y Luck Skywalker si éramos del bando de los buenos o el temeroso Darth Vader si eras del equipo contrario. Lo mismo pasaba con Hugo Sánchez en el Madrid, no estaba planeado que fuera la estrella que fue y sin embargo el tipo se cansó por años de adornar todas las porterías de España con soberbios goles y piruetas. Todo México seguía los pasos del penta. 

Eran los ochentas, no había tantos micrófonos, el futbol aun era limpio, limpio como las chilenas de Hugo, como limpias eran las escenas perfectas de George Lucas que nos hicieron y nos hacen vibrar a los niños de la época. La leche Parmalat no tenía idea del valor del patrocinio que llevaba Sánchez en el pecho cada partido, y que aun vemos en los viejos videos por millares diarios y que siguen promoviendo el lácteo español. 

Ese fue mi corto viaje por el Real Madrid, lo dejé porque se fue Hugo, comprendí que el amor a un equipo es único y yo solo amaba al Atlas. A Hugo ya no lo seguí tampoco. Se que hoy habla de más y se porta déspota, no me interesa ese Hugo, para otra ocasión contaré el día que conocí al penta. 
Recuerdo con cariño aquel Madrid, pero no siento nada por el de ahora, ni el de los noventas incluso que era un equipazo. 

Siempre que veo a Hugo me quedo con esas tardes del Madrid con mi padre, me quedo con sus goles impecables, con su melena que se movía con las puntas de los dedos delicadamente cuando el balón pegaba en el larguero o algún valiente guardameta osaba evitar que el balón fuera a la red. Me recuerdo a mi mono Han Solo que además de disparar y llenar de aventuras mis juegos también tenía esa responsabilidad sabatina de ser mi Hugo Sánchez. Una responsabilidad tan complicada, casi tanto como ver a Han solo en el posible capítulo 7 de la cinta del señor Lucas.




lunes, 5 de mayo de 2014

10 AÑOS DE TIEMPOS EXTRAS DE NO TIENE LA VACA



Febrero de 2004... Casi cinco años de existir y con un puñado de historias de shows en las espaldas. Nuestro contrato disquero con Disco Suicidas se había hecho pedazos después de que la casa disquera española decidiera cerrar sus oficinas en México. Una veintena de canciones que encontraban en nuestros seguidores una luz de esperanza y de satisfacción. Un pequeño ep de dos canciones intermedias. Una era la "Futbolera" y la otra "Yo no era así" ambas se habían grabado en Santa Tere y ambas nos hacían muy felices, nos hacían creer en un nuevo sonido, maduro, más al estilo NTLV.

"Tu vaca es tu poder había dado todo de si para hacernos subsistir, era el momento de dar un paso al frente, o al costado. Tiempos de incertidumbre, las universidades exigían cada vez más, los trabajos aun más, la vida misma aún más y no teníamos tan claro el panorama. Algunos miembros de la banda habían decidido que era el final, partirían a buscar suerte en la vida, en otras cosas, en otros países. Y entonces decidimos despedirnos con un último disco que trajera nuestras canciones de los últimos años.

Así llegamos a Santa Tere, con una idea incierta de hacer un último disco, pero al mismo tiempo con ganas de volver a empezar. Así nos juntamos todas las tardes y fines de semana de ese Febrero y ese Marzo de 2004. Llenamos el estudio de cerveza, pollo frito, empanadas de Cuaresma, Ron Castillo, litros y litros de Ron Castillo. Así invadimos la sala de estar para opinar y soñar, para pasar horas jugando Atari, Nintendo y Playstation. Dr. Mario se convirtió en el refugio de la mente para poder componer y dar ideas a las canciones.

Y así llenamos Santa Tere de ska y de punk, dejando nuestros últimos trazos de adolescencia. Como banda y como músicos era momento de hacer algo, creíamos en lo que teníamos. Escupíamos ideas, Beto Lavaplatos se armó de última hora en el estudio, no estaba planeada. Sentados con un plumín color azul escribíamos el coro que años después se haría parte de una generación. Así entró la 51 a grabar coros, siendo parte del sueño. Thermo se hizo presente en los arreglos, en la disciplina. Mc Fly hizo el arte más perfecto que pudo haber existido. Todos escupimos dentro del disco para lograr ser parte del mismo. 

Y así, en una zotehuela de Santa Tere, en una noche fresca y con unos tragos encima. Mike Camacho lo dijo: "ustedes que son tan futboleros y dicen que ya está cercano el posible final de la banda, pónganle "Tiempos extras" sabiendo que están viviendo más de lo que imaginaron en la música" Y así sencillamente se adoptó el nombre...

Los años se encargaron en demostrarnos que habíamos hecho un trabajo extraordinario, probablemente no es el mejor disco musicalmente hablando. Pero es una placa llena de sinceridad, llena de cerveza y de futbol. de amor y desamor, de punk rock, de skapunk, de ska... Tiempos Extras es una placa que nos cambió la vida y a muchas otras personas por igual. Es la radiografía de nuestra juventud extinguiéndose, de nuestros sueños de jóvenes plasmados en 16 cortes musicales. Siempre estaremos agradecidos a esta placa... y aun vibramos al recordar esos Febrero y Marzo de 2004...