lunes, 28 de julio de 2014

Gumaro y su pandilla


Hace más de diez años me presentaron a un tipo regordetón con una barba prominente, sin bigote, de esas que se usaron en los noventas. Se llamaba Gumaro, si si así se llamaba el regordete. El tipo tenía un proyecto ya armado de radio por internet, si ya se que hoy en día hay tres mil radios por internet en la web, pero en aquellos años era la única, la pionera, ese día conocí a Gumaro y su "Mimamamemima"

Sobra decir el romance de amistad y cofradía que los años nos dieron a Gumaro y a mi, y a mis amigos y proyectos. Encontré en este señor una prueba de querer hacer las cosas por el simple hecho de disfrutar y apoyar a gente que hacía lo mismo que yo y que muchos otros en esta ciudad. Pero quiero tocar más bien el tema de alcance que esta radio ha hecho en nuestra ciudad y hacer con ello un pequeño homenaje a quien respeta, comprende y traduce en reciprocidad la verdadera cultura tapatía, alejándose de las masas ingenuas que predican y asumen altares a personajes impuestos sin originalidad y más bien con amistades prolijas.

Guadalajara se equivoca mucho, rinde homenajes y le da crédito a muchos proyectos artísticos sin magia, sin una verdadera fuerza en sus contenidos. Y los seguimos manteniendo en la cúspide de nuestros mejores eventos, bordeando las páginas más principales y ocupando sitios de gloria por el hecho de ser la herencia de otros. La dinastía de artistas viejos que con sus nuevos proyectos y todos sus cercanos permanecen en un supuesto gusto popular de tradición y que lo conforman las mismas personas que tienden la alfombra roja desde hace algunos lustros y que no terminan de ofrecer otra cosas que no sea lo mismo.

Pues Mimamamemima y Gumaro y con él la honorable lista de colaboradores que se animaron y se arriesgaron por su ciudad. Y que apoyan tus tocadas y las mias, y las del vecino y las de tu amigo cercano y tu primo. Y no solamente las de la dinastía dañina de esta ciudad. Gumaro y esta radio alternativa han dado durante años la posibilidad a muchos de desarrollarse y encaminarse, de presentarse, de hablar y de participar, lejos de los medios conformistas y sus típicas bandas que con calzador siguen llenando los conciertos y vaciándoles de aplausos.

Tengo un sin fin de anécdotas de esta estación, he leído un tanto más de notas que persiguen por años nuestro rock. Mimamamemima fue la pionera en esto, con los años, muchos han copiado su estilo y afortunadamente también su ideología y profesionalismo. Gracias a esta estación y su web mucho proyectos tapatíos pudieron mostrarse y otros tantos internacionales encontraron la manera de llegar a México y convertirse en leyendas de las masas. Y ahí detrás está siempre Gumaro y la confianza, el empuje y el aguante desinteresado.

Guadalajara exporta, y exporta bien, de calidad y todo el tiempo. Tristemente los espacios están reservados aquí para unos cuantos, "los mismos y sus proyectos" Aun así, hay proyectos tapatíos de este bendito under que llenamos las carreteras y los foros del país casi cada fin de semana. Con éxito regresamos a casa después de plagar el sonido y la industria aquí y allá. Los medios no tienen o no quieren tener la idea y la ambición de explotar el valor comercial de estos proyectos pequeños y masivos. Pero Mimamamemima y otros nuevos estarán ahí para dar refugio al talento verdadero de esta ciudad.

Que siga Mimamamemima otros muchos años más.



miércoles, 16 de julio de 2014

¿PORQUÉ NO LLORAS MESSI?


A los 11 años jugando para Tarahumaras en la liga interclubes de Guadalajara fallé un penal que marcó mi vida para siempre. Mis lágrimas fueron incontenibles hasta unos días después en silencio. El dolor de la derrota de lo que yo más amaba: "el futbol" no tenía fin dentro de mi corazón y mi resistencia. A través de los años cada que observó algún jugador de futbol quebrarse en llanto pienso por lo que están pasando porque yo lo viví y es insoportable, imposible de digerir jamás en tu vida, siempre quedará ese hueco, ese hubiera, ese pequeño paso, esa gambeta de más, ese error de colocación, ese maldito travesaño cimbrando.

Este domingo me conmoví nuevamente al ver al "fideo" Di María con los ojos mojados, llenos de pena, de futbol y de impotencia. El Kun Agüero echo pedazos, Rojo inconsolable, y así cada uno de los albicelestes. Al capitán sin gafete Mascherano, particularmente le vi como yo me vi aquel día pegado a mi padre envuelto en lágrimas pegado a su pecho. Mascherano buscaba aquí y allá consuelo, en el pecho de Lavezzi, el de otro más, buscando un sitio... Le vi después en la zona mixta con los ojos tan rojos por el llanto y así a todos los argentinos que sufren el deporte. Y a Messi, a Messi no le vi llorar.

¿Porqué no lloró Messi? Si todos los argentinos lloraron la angustia y la pena, ¿porqué el capitán, el elegido, el de la gran responsabilidad no lloró? Caminó las escaleras con frialdad a recoger su balón de oro, y disimuló perfecto una molestia. No apretó los dientes, no buscaba respuestas, no había lágrimas, no se veía fluir la sangre del ídolo mundial. ¿Dónde están tus lágrimas Messi? Michael Jordan lloró cada campeonato y cada derrota, Maradona era un niño en Italia 90 haciendo pucheros al mundo, desconsolado. Cristiano Ronaldo se quebró en llanto hace unos meses cuando por fin pudo vencer a Messi. Neymar llora solo de escuchar el himno de su patria... ¿porqué Messi no llora?

Las comparaciones entre dos monstruos argentinos no tienen límite, Maradona y Messi pugnan en los diarios y las charlas de café y de cerveza por ocupar el lugar del elegido. Casi todos coinciden en que Messi necesita una copa del mundo para poder llegar a ocupar el lugar del elegido. Pero yo difiero. Este domingo pasado descubrí que Messi nunca podrá ser igual que Maradona por la sencilla razón de que el Rosarino por alguna razón no siente la pasión del deporte como los demás la sienten, la sentimos.

Messi es feliz jugando, se apasiona al máximo por el deporte y por sus resultados, Messi es el mejor del mundo hoy en día con la pelota en los pies. Los contrarios le mandan de dos o de tres enfrente para detenerlo y aun así Messi se las arregla para resolver el problema. De una u otra manera Messi encuentra la salida a cada gambeta o pared, o marca. Sin embargo, hay una salida que Messi no puede encontrar aun, y es la de su propia cabeza. Messi no disfruta el juego afuera de la cancha, no sufre los partidos fuera de la cancha, me atrevo a decir que ni los millones que tiene producto de su juego pueda disfrutar de verdad. Messi nunca llorará un penal, una derrota, un palo... Messi solo observará hacia arriba en silencio.

Alguna vez leí una nota de una posible forma de autismo en Messi y no me gustaría en absoluto limitar a las personas que padecen lo mismo como para ser los mejores del mundo en algo. Muchos coinciden que los verdaderos genios suelen tener este tipo de alteraciones o refugios. Por otro lado, creo firmemente que ese pequeño tema puede evitar el gran logro de Messi sobre Maradona y sobre cualquiera. 

Messi puede aun ganar un mundial, o dos, y si es así será porque el tipo es un genio con los pies, y si es así, será porque el equipo completo se habrá brindado al máximo. A la vida futbolística de Messi aun le faltan varias decenas de trofeos porque el pequeño jugador es una maravilla. Sin embargo, para cruzar los límites y ser el nuevo Maradona, deberá aprender a amar y a llorar el futbol, a sentir la derrota como la tragedia más escandalosa, a quebrarse en los micrófonos, a gritar, a patear el balón lejos de impotencia, a llorar y tirar pucheros enfrente de la cámara como un caballero que siente la pena pero no quita el pecho, mientras tanto el mundo del futbol disfruta del juego del Rosarino y él de llevarla de aquí hacia allá, sin mostrar emociones, solo goles.



miércoles, 9 de julio de 2014

MARCELO NO QUERÍA TENER LA PELOTA



Marcelo no quería la pelota, los brasileños juran nacer y llevar toda su vida la pelota pegada a los pies, pero Marcelo no quería tener la pelota. Ignoro si fue la instrucción de su timorato técnico pero él no quería llevar la pelota de su cancha al otro lado. Ni él ni sus compañeros quisieron ser el Brasil de costumbre desde que inició el mundial. Goles fortuitos, atiborrados de suerte y chiripa. Neymar con Croacia casi abanica la pelota, y esta se fue llorando de tan horrible disparo y se anidó en la puerta croata, insultando la belleza carioca.

Brasil fue un concierto de patadas durante sus partidos, ellas permitidas por los árbitros espectadores que guardaron sus tarjetas para otra ocasión. David Luiz jugó partidos que no debió haber jugado, se cansó de repartir codo, rodilla y toda su anatomía en los rivales. Después insolente declaró que había que ganar como sea, palabras cobardes que apuñalan una tradición y encausadas por un nefasto líder Felipao que orgulloso seguía levantando sus dos brazos y girando hacia su banca cada que la suerte, la violencia y el juego medroso le daba resultado.

Fue un Brasil militar, dijo Villoro días atrás, fue un Brasil de corte de juego, tiempista, un Brasil que se olvidó a propósito de su juego y encontró refugio en violencia y miedo a tener la pelota como lo hizo Marcelo. Además encontró en los árbitros paciencia y complacencia para poder patear y engañar y aprovechar en todos los sectores del campo. Y así con violencia también perdió a su único miembro que no cabía en esta novela de vaqueros, así Neymar sucumbió ante la violencia generada por su propio equipo en la cancha.

Hulk, Fred, Maicon, Marcelo, Oscar, Neymar principalmente, llevaron su impotencia futbolística a un concierto de clavados que ni Robben podría ejecutar de mejor manera. Algunos con éxito al principio encontraron pelota parada o penalty después, pero de a poco se fueron diluyendo en la credibilidad y en las cámaras de televisión que evidenciaban la impotencia de los cracks brasileños. Así entonces Marcelo, recibe falta de Muller pero sale con el balón, se siente presionado y no sabe que hacer con la pelota, recuerda tal vez las palabras de su técnico, la estrategia, el engaño, la impotencia, y se tira al suelo en elegante caída cuando tenía una ley de ventaja a velocidad... Marcelo no quería tener la pelota.

Felipao fue humillado por un equipo que todo le salió bien, la derrota de Brasil, la humillación de Brasil deja en claro una justicia al futbol mundial. El éxito de muchos clubes actuales radica en defensivas ferreas, programadas y casi perfectas. Juegos de patadas en medio campo, tiempistas, de corte de juego. Brasil no tenía que pertenecer a esta forma de juego. David Luiz se equivoca tajántemente al decir ganar como sea. Ganar como sea sería el epílogo del futbol más tarde.

El futbol es tener la pelota, disfrutar de ella, como nos enseñó Maradona, como nos lo cuentan de Pelé, como Sócrates la paseaba con tanta elegancia. Como ayer Alemania se cansó de acariciarla y esconderla de las piernas torpes y agresivas de los brasileños. El futbol es llevar el balón de un lado al otro de manera elegante y eficaz, el futbol es mucho más que ganar como sea. Inocentemente Scolari y sus pupilos creyeron que jugar en casa bastaba, que cantar el himno a capela era suficiente para ganar, que la tierna escena de sacar la playera de Neymar era el antídoto. El corazón si estaba en las gradas, pero no en la pelota.

Marcelo no quería tener la pelota, Brasil no quería tener la pelota, los balonazos de David Luiz desde el minuto 1 al 90 son evidencia. Los lentos recorridos de Fernandinho, las caídas con afán de engaño de Marcelo, de Hulk, de Oscar, la impotencia de Bernard, la ausencia de Fred, el infierno de Dante. Julio César dijo no se puede explicar lo inexplicable... difiero, Felipao tiene la respuesta, él y sólo él nos podrán explicar que coño hizo para Marcelo dejara de querer tener la pelota...